22.9.11

Carros de Foc - día 2



















Nos levantamos alegres ante la perspectiva de caminar por la montaña. El albergue está completo y todo el mundo se apresura a desayunar para salir cuanto antes. Al poco de iniciar la marcha nos encontramos con la presa del Lago Negre de Peguera, hecho con la piedra que nos acompañará durante toda nuestra travesía... solo que aquí está perfectamente tallada en forma de escalones.

Cuanto más ascendemos menos vida nos acompaña, la vegetación desaparece bruscamente a una determinada altitud, desde lejos, viendo otras montañas, es muy fácil distinguir esta perfecta línea natural. A partir de aquí solo hay piedras, llega un momento en el que hasta el suelo y la tierra desaparecen y solo quedan las piedras, pequeñas, medianas, gigantes... por todas partes. Los picos son de piedra afilada y resquebrajada, saltamos de piedra en piedra manteniendo un precario equilibrio, nos sentamos a descansar sobre un piedra y, cuando nos quitamos las botas, salen pequeñas piedrecitas. Todo es de piedra aquí arriba... y todo está roto.




















Después de pasar entre el Pic de Monestero y el Pic de Peguera, descendemos por el collado de Monestero, deslizándonos literalmente sobre una superficie de tierra y piedras que cede continuamente bajo nuestros pies, si te dejas llevar y fluyes con la montaña hasta resulta divertido. Nuestro destino, el Lago de San Mauricio, mucho más abajo, a una altitud en la que de nuevo crecen los bosques que lo rodean.




































Esa noche dormimos en el refugio D'Amitges, uno de los mejores refugios de la ruta, agradable y acogedor después de la dura caminata. También está completo, además de la temporada alta, este en un punto de encuentro de escaladores que trepan por las agujas y paredes verticales de roca cercanas.

Toca lavar algo ropa. Nos cuentan que no la dejemos secando fuera hasta el día siguiente, por la noche suelen acercarse los gamos y comerse cualquier cosa que encuentren a mano. Más tarde, cenando, vemos a unos cuantos de ellos correteando, alejados del refugio, muchos nos levantamos a verlos por las ventanas. Son encantadores pero, tras pensarlo dos veces, me dirijo a las ventanas del otro lado a ver si la ropa tendida sigue allí..

2 comentarios:

Jennifer Cox dijo...

Pirineos es un sitio completamente espectacular y diferente, yo siempre voy al Aragonés a escalar y estoy completamente enamorada. :)

Vicente dijo...

que fotos MAS BONITAS!